4 de abril de 2011

Una historia con la mala suerte por protagonista

Imagino que todo comienza en un sueño infantil, en la ilusión que desde el comienzo de la vida de un niño se fragua viendo a los grandes jugar. Todo comienza con lo más básico que te pueden regalar en tu infancia, pero no es tan fácil como parece serlo. Un día comienzas a practicar el deporte reina, el fútbol, un partido con tus amigos, unas patadas con tu padre y de repente estás imaginándote como la gran estrella del fútbol local e incluso de la liga nacional. Eso es lo que yo veo cada semana en una cancha de fútbol sala, un grupo de jugadores que día a día se machacan en el campo, en el gimnasio o en cualquier otro lugar con el fin de que cuando llega el partido de la semana el marcador sume puntos a su favor. Son horas y horas de esfuerzo, horas y horas de sueños incumplidos, decepciones que unas veces son personales y otras las ofrecen el equipo contrario, pero tan ansiado triunfo no llega ningún sábado.
¿Alguien llegó a pensar qué sentimientos inundan las mentes de estos jugadores después de cada derrota?, es fácil sentirse feliz cuando nuestro equipo alcanza la victoria, pero porqué no intentar ponerse en su lugar cuando después de darlo todo el resultado no ha sido el esperado… Cada sábado observo la concentración de esos jugadores, me ilusiona pensar que el marcador subirá a su favor en cada tiempo, pero el partido comienza, el balón corre de un lado a otro del campo buscando la portería del equipo contrario, los minutos pasan cada vez más rápido y el gol sigue sin llegar. La afición aplaude en cada jugada pero la impaciencia ante el resultado va haciendo el efecto contrario al que los mismos jugadores desean, los pitidos comienzan, el enfado convierte las alabanzas en reproches y ellos siguen ahí, en el campo, luchando una y otra vez mientras el balón entra en la portería equivocada y la desolación se  apodera de sus fuerzas. De repente uno de ellos levanta la vista hacia el reloj, mira a sus compañeros y los anima, el juego empieza de nuevo y con el sudor recorriendo sus cuerpos, abatidos por el esfuerzo físico juegan como mejor saben o, a veces, como mejor pueden después del mal trago.
La historia todavía no ha acabado. Faltan cinco partidos por disputar y lo único que se puede hacer es quedar lo más arriba posible en la clasificación. Personalmente espero que puedan salvar la categoría aunque haya pocas posibilidades.
Bueno chicos deciros que sois un grupo muy bueno. Hasta este año nunca había seguido tanto el fútbol sala y ahora es un deporte que me encanta. Esta entrada de mi blog va para vosotros, yo se que es un poco triste (a lo mejor me he pasado), pero quería mostraros mi apoyo porque sé que lo estáis pasando mal. Aún así espero que os guste.
Un besazo enorme para la AD EXTREMADURA.
Verónica.

3 comentarios:

  1. Muy bonito Veronica, soy Pablo, y te doy las gracias por ese apoyo incondicional que tanto tu como otros, nos mostrais cada finde, ojala mas gente pensara como vosotros y entre todos yevasemos este deporte al sitio donde se merece, esperemos pronto regresar a plata, y sobre todo daros alguna alegria mas que este año. Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Hola Vero: Enhorabuena por tu blog. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Es duro, pero hay que levantar la cara y seguir. No soy quien para dar consejos, pero en momentos de bajón profundo, me digo eso que escribió el bueno de Manolillo Chinato: "Y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero / sin miedo a leyes ni a nostalgias. / Y lo verás caer una y mil veces / y levantarse de nuevo, / con la única bandera de su raza" . Javi .

    ResponderEliminar
  3. Gracias a los dos por comentar la entrada.
    Me alegro que os haya gustado y sí hay que seguir y seguir luchando para levantar el fútbol sala en Cáceres.
    Besitos a los dos.

    ResponderEliminar